En un mundo donde la salud pública enfrenta múltiples desafíos, surge una verdad incómoda que podría estar en la mesa de millones de familias: los alimentos ultraprocesados, esos productos industriales como dulces, refrescos, helados, snacks y comidas listas para calentar, están causando más muertes prematuras que el temido fentanilo.
Un reciente estudio ha revelado datos alarmantes: solo en Estados Unidos, entre 2017 y 2018, más de 124.000 muertes prematuras se atribuyeron al consumo excesivo de estos productos. Para ponerlo en perspectiva, en 2021 las muertes por sobredosis de opioides sintéticos, como el fentanilo, alcanzaron poco más de 70.000. Esta comparación pone en evidencia que la crisis alimentaria es una emergencia silenciosa que exige atención inmediata.
Pero, ¿qué son exactamente los ultraprocesados? Se trata de alimentos fabricados con ingredientes poco naturales, que rara vez encontrarías en una cocina tradicional. Contienen aditivos, colorantes, grasas poco saludables y azúcares añadidos en exceso. Estos productos están diseñados para ser irresistibles, económicos y prácticos, pero su verdadero costo se paga con la salud colectiva.
La evidencia científica es contundente: por cada 10% que aumenta el consumo de calorías provenientes de ultraprocesados, el riesgo de muerte prematura se incrementa en un 2,7%. Esta tendencia no es exclusiva de Estados Unidos; en países como Colombia, el 4% de las muertes prematuras se asocian a estos alimentos, mientras que en Estados Unidos y Reino Unido la cifra alcanza casi el 14%, señaló actualidad.rt.
Las consecuencias para la salud son devastadoras. Enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, cáncer e incluso problemas de salud mental están relacionados con el consumo excesivo de ultraprocesados, evidenciando que esta problemática va mucho más allá de la nutrición y afecta directamente la calidad y expectativa de vida.