A un año de su inauguración en noviembre de 2024, el puerto de Chancay se consolida como un nodo estratégico para el comercio entre América Latina y Asia, con impactos económicos, logísticos y geopolíticos cada vez más notables.
Construido con una inversión de más de 3 400 millones de dólares liderada por Cosco Shipping Ports (60 %) e Inversiones Portuarias Chancay (40 %), este megapuerto ha comenzado a transformar la infraestructura portuaria peruana.
Cifras y actividad comercial
Durante el primer semestre de 2025, Chancay movilizó aproximadamente 1,2 millones de toneladas de carga. En seis meses operativos también registró más de 15 800 contenedores, 112 000 toneladas de carga a granel y unos 2 100 vehículos.
Se proyecta que, en plena madurez, el puerto podría llegar a manejar hasta 1,5 millones de TEUs, con una meta de expansión hacia los 5 millones por año.
Modernidad e innovación logística
El puerto de Chancay se distingue por su capacidad de recibir grandes buques de profundidad, un salto cualitativo frente a muchos otros puertos sudamericanos.
Además, ha permitido reducir significativamente los tiempos de tránsito entre Perú y Asia. El transporte marítimo se ha acortado de unos 35 días a apenas 21 días, lo que también ha bajado los costos logísticos en torno al 30 %.
Este ahorro de tiempo ha beneficiado especialmente a exportadores agrícolas peruanos, como los de arándanos o palta, reduciendo las pérdidas por deterioro.
En términos de empleo, se estima que Chancay creará alrededor de 8 000 puestos de trabajo durante los próximos años gracias a sus operaciones directas y servicios conexos.
Impacto geopolítico
Más allá de lo económico, el puerto tiene una dimensión estratégica clave. Se considera un punto neurálgico de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de China, al estrechar el vínculo marítimo entre Asia y Sudamérica.
El puerto permite rutas más directas, evitando escalas en puertos de EE.UU. o Panamá, lo que fortalece la soberanía comercial de Perú y su papel como hub logístico regional.
Según la empresa Cosco, el eje Chancay-Callao podría manejar conjuntamente cerca de 4 millones de TEUs anuales, con Chancay aportando alrededor de un millón en su primer año operativo.
No obstante, el proyecto también enfrenta desafíos. A seis meses de su funcionamiento, analistas han advertido la falta de infraestructura vial y ferroviaria complementaria, así como la ausencia de una zona económica especial (“ZEE”) planificada, lo que podría limitar su potencial.
Algunos sectores de la derecha pro estadounidense plantean «preocupaciones» sobre la influencia china en una infraestructura crítica del país, lo que podría tener implicaciones geopolíticas y de seguridad en alineamiento con el discurso de E.UU en su lucha por frenar el avance chino.
La segunda fase del puerto está proyectada para iniciarse hacia 2027, con una inversión adicional estimada de más de 1 300 millones de dólares.
Se espera que este crecimiento potencie aún más el rol de Chancay como centro logístico y estratégico, posicionando a Perú como un actor clave en la conectividad entre Asia y Latinoamérica.
Con un año cumplido, el puerto de Chancay no solo celebra su funcionamiento, sino que da señales claras de que su impacto podría reconfigurar las rutas del comercio global.
