ÚLTIMO MINUTO
martes, 4 de noviembre, 25
20.7 C
Caracas

Un día como hoy fallece de manera inesperada Armando Reverón

Armando Julio Reverón Travieso nace en Caracas, Venezuela el 10 de mayo de 1889 y fallece en la misma cuidad el 18 de septiembre de 1954. Fue un artista venezolano precursor del Arte Povera y considerado uno de los más importantes del siglo XX en América.

Por su carácter exótico, excéntrico y primitivo, fue conocido como «El Loco de Macuto». Fue pionero del happening, del ensamblaje artístico, de la instalación, de la intervención, de la escultura textil y del móvil. Fue autor de más de 450 pinturas, 150 dibujos y decenas de objetos entre los que se destacan sus famosas muñecas de trapo.

Desarrolló su obra en Barcelona, Madrid y París. Fue víctima de ataques, períodos de depresión y crisis de psicosis causadas tras contraer fiebre tifoidea en la infancia. En 1918 conoce a Juanita Mota, su esposa y única compañera hasta su muerte. En 1921 se estableció en La Guaira donde construye «El Castillete», su taller y morada, contribuyendo a que fuera reconocido como el «Robinson Crusoe venezolano».

A pesar de ser incomprendido por la sociedad, fue admirado por artistas e intelectuales como Pablo Picasso, Carlos Cruz-Diez, Fernando Botero, Gabriel García Márquez, Antonio Saura o Sofía Ímber. En el 2007 el MoMA le organiza una retrospectiva; siendo la primera dedicada a un venezolano y la cuarta a un pintor latinoamericano medio siglo después de Diego Rivera (1931), Cândido Portinari (1940) y Roberto Matta (1957).

Falleció inesperadamente recluido en el Sanatorio San Jorge de Catia a los 65 años luego de ser diagnosticado de esquizofrenia. Desde el año 2016 sus restos mortales reposan en el Panteón Nacional de Venezuela.

Primeros años de Reverón

Armando Reverón fue hijo único de Julio Reverón Garmendia y de Dolores Travieso Montilla. Nació el 10 de mayo de 1889 en la Quinta San José – (Puente Hierro) de la Parroquia Santa Rosalía (Caracas). El 19 de mayo es bautizado en la iglesia de Santa Rosalía; sus padrinos fueron el general Raimundo Fonseca y Josefina Rivas de Alfonso.

Su padre, Julio Reverón (1858-1907) proveniente de una reconocida familia caraqueña, fue General de las Fuerzas Armadas de Venezuela. Con un pasado misterioso, era un hombre alcohólico e inestable. Luego de heredar gran parte de las fortunas de su familia se retiró del ejército y sin necesidad de trabajar se costeó una vida de lujos y derroches. Criticado por sus hermanos por sus malos hábitos se alejó de su familia. Durante toda su vida sufrió de trastornos como la ludopatía y adicciones al alcohol y al opio. Años después Reverón confesó que siendo menor de edad era enviado por su padre a comprar morfina.

En 1880, Julio contrae matrimonio con Dolores Travieso Montilla. Originaria de la ciudad de Valencia (Venezuela), era una mujer nerviosa de clase alta que procuraba estar rodeada de excentricidades y cuidar su imagen personal. Al no haber pruebas convincentes, se ha puesto en duda la paternidad de Julio y la de su madre de la que tampoco se sabe a ciencia cierta si engendró al niño o lo adoptó. Entre las diversas especulaciones sobre su origen se dice que pudo haber sido hijo del 23.er presidente de Venezuela Juan Pablo Rojas Paúl.

En 1895 inicia sus primeros estudios en el Colegio de los Padres Salesianos, pero ese mismo año sus padres deciden divorciarse. Luego de que Julio desapareciera de casa y su madre, al no sentirse capaz de asumir su maternidad se ve obligada a trasladar a su hijo a la Hacienda «Caño Monagas» (Valencia), hogar de los Rodríguez-Zucca (Francisco Rodríguez Castro y Carmen Zocca de Rodríguez) una familia de origen canario. Bajo el cuidado de su nueva familia, continúa sus estudios en el Colegio de los Hermanos de la Salle y luego en el Colegio Cajigal del Doctor Zuloaga. Su tío-abuelo materno Ricardo Montilla, quien había estudiado en Nueva York, lo instruye en dibujo y despierta en él su vocación artística.

En 1898 conoce el estudio del padre de Arturo Michelena y en 1901 realiza su primer encargo por parte de un comerciante, Don Lorenzo Ochoa y copia La caza del león de Eugène Delacroix. En ese entonces Reverón establece una estrecha relación con Josefina Rodríguez-Zucca (1886-1917), hija de la pareja, quien la apreció como una hermana y determinó un verdadero cariño hacia ella.

Posiblemente a causa de los continuos baños dentro del Río Cabriales, en 1902 sufre de Fiebre Tifoidea. Reverón cae en un período de regresión. Esta enfermedad le generó al pintor una encefalitis, produciéndole desvaríos, alucinaciones y frecuentes pesadillas con cadáveres o féretros (entre las pesadillas presenció la construcción de una urna justo al lado de un hombre que recién había muerto). El joven Armando se volvió retraído, le gustaba permanecer mucho tiempo en casa o pasaba horas meciéndose en una hamaca; debido a esto sus médicos opinaron que no volviera al colegio y Los Rodríguez-Zucca le contaban a su madre el extraño temperamento de su hijo luego de la enfermedad.

El hecho de que el pintor nunca hablara de su familia o de su infancia, pudiera indicar que su origen siempre estuvo difuso. Durante toda su vida evitó cualquier referencia verbal a ella. Las cualidades que lo rodearon en vida se acercan al temperamento infantil, al desprendimiento de los bienes materiales y la preferencia de vivir en lo elemental que en la complejidad buscada. Esa fue la manera de recuperar aquella infancia y esto también podría explicar, que no encontremos en su obra alusiones a los niños.

Su juventud

En 1905, ya recuperado de la fiebre, Reverón se muda a Caracas junto a su madre. Al llegar se instalan en la casona donde nació Francisco de Miranda (la cual fue convertida en pensión); allí conoce a Federico Ponce, quien le encarga obras y le invita a copiar paisajes de El Calvario (Caracas). Entre 1906 y 1907 realiza sus primeras pinturas, abordando naturalezas muertas y temas religiosos.

El 23 de junio de 1907 es convencido por Ponce y se inscribe en la Academia de Bellas Artes de Caracas. Es aceptado por el director Emilio Mauri y entre sus maestros destacaban Pedro Zerpa y especialmente Antonio Herrera Toro, por el que sintió una gran admiración. Ese mismo año muere su padre en un extraño suceso acontecido en costas venezolanas a la edad de 49 años.

Entre sus compañeros se encontraban Manuel Cabré, Rafael Monasterios o Antonio Edmundo Monsanto. Durante estos años se vio influenciado por el pintor Cristóbal Rojas reflejando en su obra un estilo académico y tenebrista, concediéndole al pintor una formación clásica. Tras la muerte de Emilio Mauri, se inicia en enero de 1909 una huelga de estudiantes que pedían reformas en el pénsum de estudios y la destitución de Antonio Herrera Toro como director. Durante el conflicto, al que no se adhirió, es cerrada temporalmente la academia y Reverón viaja a Valencia donde realiza su primera gran obra «Muchacha Tejiendo» (1909) donde retrata a su querida hermanastra a la sombra de un níspero. Al concluir la huelga regresa a Caracas y presenta sus exámenes de fin de curso.

El pintor vuelve a mudarse con su madre a una pensión de Torres a Madrices que pertenece a su madrina Josefina Rivas de Alfonzo. Allí improvisa un taller y comparte amistad con el músico Juan Bautista Plaza. En 1911 concluye sus estudios y recibe la calificación de «bueno» en dibujo de desnudo y sobresaliente con su obra «Playa del mercado». Ese mismo año entusiasmado con sus distinciones logra realizar junto a su compañero Rafael Monasterios, su primera exposición individual en la Escuela de Música y Declamación de la Academia de Bellas Artes.

Viaje a Europa

Gracias a su rendimiento y la intercesión de Herrera Toro, consigue una beca de la Municipalidad de Caracas para irse a continuar sus estudios por Europa. Ese mismo año su madre le ayuda a costear el viaje a España y se instala en Barcelona, donde ingresa en la Escuela de la Lonja que dirige Vicente Borrás y Abella para seguir el curso (1911-1912). Allí recibe clases de Vicente Climent Navarro en dibujo, colorido y composición. Entre los profesores de Reverón destacó José Ruiz Blasco, el padre de Picasso; el cual dirigía clases de Dibujo Artístico.

En Barcelona coincide con Rafael Monasterios y Salustio González Rincones quienes llevaban un año viviendo en la ciudad. La obra de Reverón cambia y se produce un aclaramiento de su paleta. Durante estos dos años el pintor conoce la ciudad, se rodea del ambiente artístico de la época y estudia a los antiguos maestros españoles como El Greco o Francisco de Zurbarán. A finales de 1912 sin dinero, decide regresar a Venezuela con el objetivo de resolver asuntos relacionados con su manutención en el extranjero y unos terrenos que le habían sido dejados en herencia, los cuales hipoteca y revende. En su breve estancia pinta «Retrato de Enrique Planchart» (1912) donde plasma al poeta con las influencias adquiridas del arte español. Ese año se funda en Caracas el Círculo de Bellas Artes.

A principios de 1913 Reverón regresa a España y se matricula por recomendación de Borrás en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Allí recibe clases de José Moreno Carbonero (maestro de Salvador Dalí), Manuel Marín y Antonio Muñoz Degrain, este último lo estimula a pintar al aire libre y otorgar valor al carácter plástico de la obra. Se pasea por el Parque del Retiro y visita el Museo del Prado, donde se cautiva con las obras de Diego Velázquez (especialmente con Las meninas) y siente una profunda admiración por el universo de Francisco de Goya.

En sus tiempos libres se dedica a la lectura de los grandes del Siglo de Oro (Miguel de Cervantes, Pedro Calderón de la Barca o Lope de Vega). Además de conocer la ciudad moderna se interesa por las tradiciones y las costumbres: el folklore, las corridas de toros y la música flamenca; temas que tendrá presente en su obra y en sus futuras escenas teatrales.

Durante su estancia tiene la ocasión de conocer a muchos artistas, entre ellos: Santiago Rusiñol, Modesto Urgell, Joaquín Sorolla, Hermenegildo Anglada Camarasa o Julio Romero de Torres. En septiembre participa en el primer Salón Anual del Círculo de Bellas Artes en Caracas y consigue el segundo premio en «dibujo antiguo y ropajes» de la Real Academia. En 1914 junto a un grupo de condiscípulos, viaja a Segovia para conocer el taller de Ignacio Zuloaga con quién entabló una breve amistad. Poco tiempo después conoce en el taller de Muñoz Degrain al pintor francés Fournier, casado con la venezolana Clotilde Pietro de Daudat. La pareja lo invita a Chantilly, donde vivirá durante seis meses.

Luego de vivir en el Norte de Francia, se traslada a la capital. En julio estalla la Primera Guerra Mundial y renta un cuarto en la Rue Vivienne. En París coincide con la colonia de artistas venezolanos, entre ellos Tito Salas y Carlos Otero. Se dedica a pintar con frecuencia al aire libre, disfruta de la vida bohemia y los cabarés por la noche, asimismo visita el Museo del Louvre donde admira las obras de Edgar Degas y Paul Cézanne. Reverón permaneció indiferente ante la pintura transformadora que cambió la historia del arte, no se interesa por Georges Braque ni por los artistas de la Escuela de París como Modigliani o Chagall.

Vuelve a mudarse y esta vez se hospeda cerca de la Rue Vendôme; la ciudad tiene muchas cosas que ofrecerle, aunque apenas tiene la oportunidad de visitar los museos, cerrados por la guerra. La situación en Europa se vuelve tensa y hay riesgo de bombardeos sobre la capital. El pintor le escribe una carta a su madre y en ella le dice: «O me mandan a buscar o me tiro al Sena». En julio de 1915 parte de nuevo a España, donde puede visitar en el Museo del Prado una gran retrospectiva dedicada a Goya; poco tiempo después embarca a Venezuela.

11 obras esenciales de Armando Reverón

Armando Reverón (1889 – 1954) fue un pintor, dibujante y escultor venezolano. Su legado adquirió tanta importancia que el MOMA le dedicó una exposición retrospectiva en el año 2007.

Estuvo influenciado por movimientos como el impresionismo, que impuso el valor plástico del color sobre el dibujo, y el postimpresionismo, que impulsó la voluntad diferenciadora de estilos entre los artistas.

Período azul (1918-1924)

1. La cueva

En la primera etapa de Reverón se hace muy notoria la influencia del postimpresionismo, así como de artistas que merecieron su atención durante su estancia en Madrid, como Goya en sus últimas etapas. Este sería una de las figuras más emblemáticas para el pintor.

En el cuadro La cueva podemos ver a dos mujeres, como «odaliscas», recostadas sobre un fondo apenas sugerido. Recuerda a La maja vestida y La maja desnuda de Goya. Claro que esta variante de composición en la que se puede ver a una mujer recostada de forma sugerente corresponde a un tipo bastante común en el contexto del arte europeo.

Pero algo novedoso introduce Reverón: las mujeres no yacen sobre una cama o en un jardín. Ellas se encuentran en una cueva. La atmósfera adquiere un tono de misterio con la preponderancia de un azul. Este funciona como velo sugestivo que trasparenta la escena.

Reverón

2. Figura bajo un uvero

Los desnudos serán uno de los temas constantes en la obra de Reverón. El simbolismo se hará presente en esta obra. Con un trazo aún impresionista y con una atmósfera azul, se representa a una mujer desnuda bajo un árbol de uvas. Ella lleva sobre su regazo a una mascota. El paisaje marino también hace su aparición y no lo abandonará más. Un aura de misterio envuelve la escena.

Reverón

3. Fiesta en Caraballeda

Este cuadro representa una escena de color local. Reverón capta en ella una celebración religiosa en el pueblo de Caraballeda de La Guaira. Pinceladas en manchones y puntos construyen la imagen final, haciendo privar la pintura sobre el dibujo que, como en el impresionismo, desaparece para dar espacio a los efectos de coloración y luminosidad.

Poco a poco el mundo onírico y simbólico de las odaliscas y de las referencias europeas va cediendo espacio a la vida local, común y sencilla. Se trata de la naturaleza inmediata que lo rodea.

Reverón
Período blanco (1925-1934)

4. El rancho (El caney)

El período blanco se desarrolló después de haber pasado un tiempo en Macuto, La Guaira, la ciudad puerto más emblemática de Venezuela, donde el artista pasará el resto de su vida.

En este período Reverón comenzó a desintegrar el espacio y se enfocó apenas en los detalles. Esto le permitió construir imágenes porosas y casi etéreas basadas en la observación de los fenómenos lumínicos tropicales de altísima intensidad.

Antes de edificar su famoso Castillete, Reverón construyó varios «ranchos» (nombre que se le da en Venezuela a las casas provisionales autoconstruidas). En su terreno de Macuto, el pintor comenzó una vida alejada de la ciudad. El tema de la vida común y la fabricación de cosas utilitarias merecen cada vez más su atención.

Reverón

5. Retrato de Juanita con ramo de flores

Juanita fue la única mujer de Reverón y con ella vivió toda su vida. Fue su musa y su modelo, motivo por el cual son muchas las obras en las que el pintor la retrata. En esta obra, Reverón opta por un trazo grueso y abierto que no permite la finitud de la figura. Esta se integra en un solo plano con el ambiente y las flores, apenas sugeridas por grandes manchones casi expresionistas.

Reverón

6. El rancho

Este cuadro es otra de las representaciones que Reverón haría de sus «ranchos». En esta oportunidad, despojado de los detalles pero con una fuerte presencia del marrón en medio de una atmósfera sugerente y luminosa, El rancho anuncia ya los cambios estéticos por venir.

Reverón
Período sepia (1935-1954)

7. Navidad con muñecas

La vuelta al mundo primitivista y a los objetos cotidianos será cada vez más notoria a partir de 1935. El pintor comienza a trabajar exhaustivamente con el color sepia, lo que marcará el tono característico de esta etapa. Además, se introduce el uso de nuevas técnicas y materiales.

En esta obra, Reverón usa el marrón como coloración principal. Junto a esto, muestra ya la obsesión del pintor por el tema de las muñecas que había comenzado a fabricar y que ahora serían también motivos para ser representados en sus pinturas en sustitución a las modelos.

Reverón

8. El Playón

Las marinas siguen siendo todavía un tema recurrente en Armando Reverón. Sin embargo, al contrario de lo que sería una representación clásica dominada por el azul del mar, el artista construye una marina turbia, misteriosa y sepia sobre la base de tonos castaños.

Reverón

9. Autorretrato con muñecas

Los autorretratos son recurrentes desde el inicio de la obra del pintor. En este, sin embargo, llama la atención que junto a él aparecen sus muñecas, la adoración de sus últimos años de vida. Ellas parecen ser ya, para él, parte de sí mismo. En todo caso, forman parte del mundo mágico y misterioso que comienza a construir Reverón.

Período expresionista (1945-1953)

10. Cruz de mayo

La fase expresionista corresponde a los últimos años de su vida. En este período, Reverón comienza a explorar escenas casi teatrales y elementos plásticos, como el dibujo, se retoman una vez más.

En esta escena, vemos la representación de las celebraciones de la Cruz de mayo, una festividad cultural-religiosa que se celebra en muchas regiones de Venezuela, especialmente en las zonas costeras. La paleta de colores sigue centrada en el marrón, pero las líneas, aunque irregulares, vuelven a hacer su aparición.

Reverón
Las muñecas de Armando Reverón

Mención especial merecen las Muñecas de Armando Reverón. Desde el año 1935, Reverón comienza a preocuparse por construir objetos utilitarios con sus propias manos, como parte de un cambio en su vida que lo llevaría a un aislamiento cada vez mayor.

11. Muñeca

En esta etapa hacen su entrada la serie de Las muñecas, objetos que él mismo fabricada y que muchas veces sirvieron como modelo para sus obras, tal como hemos dicho anteriormente.

Reverón

Lo más reciente

Colombia: dos muertos y un herido deja explosión de un carro bomba en el Cauca

Al menos dos personas murieron y una más resultó...

Nuevos candidatos al Salón de la Fama de Cooperstown: Barry Bonds y Roger Clemens vuelven a la carga

Este lunes se anunciaron los nuevos aspirantes a la...

Jannik Sinner desbanca a Alcaraz y recupera el número Uno del ranking ATP

El tenista italiano Jannik Sinner, cuatro veces campeón de...

Venezuela incauta 63 toneladas de drogas y fortalece la lucha contra el narcotráfico

Durante la emisión 96 de su programa Con Maduro+,...

Venezuela impulsa su turismo con FITVen 2025 en Carabobo

La ministra para el Turismo, Leticia Gómez, junto al...

Noticias

Artículos relacionados