Yodelin Daviana Acosta Peña, una migrante venezolana detenida por las autoridades de migración de Estados Unidos, ha solicitado ayuda urgente para ser deportada a su país de origen, tras padecer cuatro episodios de parálisis durante su reclusión.
En un video grabado desde el centro de detención donde permanece, Acosta Peña denunció que fue parte del grupo de ocho mujeres venezolanas trasladadas en enero a El Salvador.
Una vez en territorio salvadoreño, este grupo de mujeres fueron rechazadas por el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), que no tiene instalaciones habilitadas para mujeres. Las migrantes fueron devueltas a EE. UU., donde continúan detenidas sin acceso a atención médica adecuada.
En su testimonio, Acosta relata que ingresó al centro sin problemas de salud, pero desde entonces ha sufrido cuatro parálisis, una de ellas tan severa que requirió hospitalización.
Actualmente necesita muletas para caminar, ha perdido movilidad en una pierna y presenta parálisis facial parcial. Afirma que los medicamentos recetados, con dosis de hasta 800 miligramos, le han generado taquicardia y un deterioro acelerado de su salud.
A pesar de que un juez aprobó su deportación a Venezuela hace dos semanas, las autoridades carcelarias no han ejecutado la orden ni han ofrecido explicaciones.
El caso de Acosta Peña es una de las victimas de la política migratoria de la administración Trump centrada en la criminalización y detención prolongada de migrantes sin el cumplimiento del debido proceso.