En una operación conjunta, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y cuerpos policiales localizaron e incautaron más de 1.500 kilogramos de explosivos en un galpón ubicado al sur del estado Anzoátegui. El hallazgo incluyó más de 20 tipos de explosivos de distinto uso y procedencia.

Entre el material incautado se encuentran cargas huecas, cortadores de tuberías y explosivos de alto poder como el HMX, capaz de generar una onda expansiva de más de 9 kilómetros por segundo.
El ministro del Interior y Justicia, Diosdado Cabello alertó sobre el riesgo del efecto de simpatía, fenómeno en el que la detonación de un explosivo desencadena la explosión inmediata de otros cercanos por transmisión de la onda de choque o del calor, multiplicando el poder destructivo.
En un escenario como el del galpón, la activación de un solo artefacto podría haber generado una reacción en cadena de consecuencias catastróficas.
¿Qué es lo que buscaban?. ¿Destruir a su propios país?, se preguntó el ministro Cabello ante los medios de comunicación presentes.

El material fue encontrado como parte de una investigación iniciada tras la incautación de explosivos en Maturín, estado Monagas. Según la normativa nacional, las empresas del sector petrolero no pueden almacenar más de 50 kilogramos de explosivos ni más de 100 detonadores eléctricos.

Las pesquisas apuntan a que parte del material podría haberse destinado a acciones de alto impacto contra infraestructura estratégica, incluyendo un plan para detonar en Plaza Venezuela combinado con tuberías de gas, lo que habría incrementado la letalidad.
El operativo también permitió la captura de personas vinculadas en Anzoátegui y en el estado Táchira, cuando intentaban salir del país.


