Venezuela, representada por Samuel Moncada, toma la palabra en nombre del grupo de amigos en defensa de la Carta de las Naciones Unidas para subrayar la importancia de la libre determinación y la soberanía frente a presiones externas. Se enfatiza que 65 años después de la adopción de la resolución sobre la concesión de independencia, siguen pendientes los derechos de 17 territorios no autónomos y otros pueblos que aún no han logrado su independencia. Se reitera el compromiso con la igualdad soberana y la no injerencia en asuntos internos, así como el derecho inalienable de los pueblos a determinar su propio camino.

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Crítica al neocolonialismo y a las herramientas modernas de dominación
La declaración denuncia que, si bien el colonialismo ha evolucionado, persisten métodos perniciosos como coerción económica, presión financiera y medidas coercitivas unilaterales que buscan castigar a naciones soberanas. También se señalan condiciones impuestas para la asistencia al desarrollo, préstamos que limitan la autonomía política, y la exploración de recursos naturales de forma abusiva. Además, se critica la injerencia en procesos electorales y la instrumentalización de los derechos humanos para presionar países específicos sin consentimiento, destacando que estas prácticas socavan el desarrollo y la paz.

Estándares internacionales y responsabilidades de las potencias
La nota enfatiza que la existencia continua del colonialismo contraviene la Carta y declaraciones fundamentales de derechos humanos, así como la Declaración sobre la Concesión de Independencia a los Pueblos Coloniales. Se llama a las potencias administradoras u ocupantes a respetar los derechos de los pueblos en territorios bajo su responsabilidad, rechazar intervenciones que afecten demografía, economía y soberanía, y aceptar reparaciones por las consecuencias del dominio colonial. Se defiende la necesidad de que la comunidad internacional asuma la responsabilidad de poner fin a estas situaciones y de valorar la soberanía como principio rector.
Llamados a la acción y solidaridad internacional
Se convoca a una mayor solidaridad con pueblos que hoy viven bajo dominación o ocupación, incluyendo Puerto Rico y los territorios no autónomos, para exigir respeto a sus tierras y recursos, y exigir que las potencias mantengan distancias respecto a estrategias que perjudiquen sus derechos. Se subraya la urgencia de medidas para impedir el abuso y de un marco de reparación que reconozca las pérdidas culturales, sociales y económicas derivadas del colonialismo. El objetivo es un orden internacional donde la independencia sea una realidad concreta y no meramente un estatus jurídico.

Señalamientos sobre peligros reales y una advertencia contundente
La intervención denuncia una reciente declaración de un jefe de estado extranjero respecto a posesiones venezolanas y presuntos bloqueos para forzar cesiones. Se describe este acto como una agresión y una ofensa grave a normas fundamentales, subrayando que no existe marco jurídico que respalde tales pretensiones. Se advierte que estas acciones buscan devolver siglos de historia y restablecer una colonia, a la vez que se advierte sobre el caos que dichas conductas generarían en las relaciones internacionales. El discurso concluye afirmando que el flagelo del colonialismo debe ser derrotado para proteger a todos los pueblos del mundo.

