El gobierno de Venezuela rechazó enérgicamente las recientes declaraciones del presidente de Guyana, Irfaan Ali, realizadas desde la Embajada de Estados Unidos en Georgetown. Según un comunicado oficial emitido por el canciller venezolano, Yván Gil, el mandatario guyanés “no se presentó como jefe de Estado, sino como subordinado político, rindiendo cuentas a sus verdaderos amos”.
Las autoridades venezolanas calificaron de “vergonzosas” las acusaciones de Ali contra el gobierno de Nicolás Maduro, señalando que el presidente guyanés “miente descaradamente” sobre la situación en el territorio Esequibo. Según el comunicado, Ali lidera “la mafia de extracción ilegal de oro y minerales”, lo que habría provocado “una destrucción acelerada del ambiente y la vida misma en un territorio que no le pertenece”. Además, Venezuela denunció la “explotación ilegal e ilegítima” de petróleo en áreas marítimas aún no delimitadas, en contravención del Derecho Internacional.


El gobierno venezolano reiteró que la Guayana Esequiba es territorio venezolano y que el único mecanismo válido para resolver la controversia es el Acuerdo de Ginebra de 1966. Caracas rechaza cualquier intento de “atajo judicial o maniobra mediática” que busque despojar a Venezuela de sus derechos históricos sobre la región.
Finalmente, el comunicado cuestiona la autoridad moral de Guyana para hablar de legalidad o democracia, y acusa a su gobierno de “entreguismo” y “provocación”. Venezuela advierte que no tolerará la explotación de recursos en áreas marítimas sin delimitar y reitera su disposición a resolver la disputa por la vía diplomática, exigiendo respeto a su soberanía.