Venezuela rechazó contundentemente el informe emitido por el Departamento de Estado de Estados Unidos que intenta vincular al país con el narcotráfico. A través de un comunicado difundido por el canciller Yván Gil en sus redes sociales, el gobierno venezolano desmintió categóricamente esas acusaciones, calificándolas de infundadas y rechazadas por organismos internacionales.
Según detallan documentos oficiales de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), así como informes recientes de la Agencia Antidrogas de EE. UU. (DEA), Venezuela se mantiene desde 1999 hasta 2025 certificada como un territorio libre de cultivos ilícitos y sin presencia de cárteles ni plantaciones para procesamiento de narcóticos. En efecto, Venezuela no figura como productor, distribuidor ni país de tránsito significativo para drogas ilícitas.
El comunicado enfatiza que la mayor producción de cocaína se concentra en Colombia y Perú, países donde se ha documentado un aumento constante a pesar de la presencia militar estadounidense y gobiernos aliados. La ONUDD señala que solo un 5% de las exportaciones de cocaína intentan pasar por Venezuela, mientras que el 87% lo hace a través del Pacífico desde Colombia.
Venezuela también destacó los avances de su programa antidrogas, que ha logrado incautar alrededor del 70% de los estupefacientes que pretenden cruzar su territorio. Respecto al lavado de activos, se señala que entre un 20% y 30% del capital ilícito se blanquea en EE. UU., país donde importantes bancos han sido multados por su implicación en estas prácticas.
Enfatizando la manipulación política detrás del informe estadounidense, el gobierno venezolano denunció que esta ofensiva forma parte de una estrategia fallida de cambio de régimen, ahora acompañada por amenazas militares abiertas contra Venezuela.
Finalmente, el comunicado reafirma la voluntad firme de Venezuela de defender su soberanía, integridad y paz, exigiendo la cesación inmediata de las campañas falsas y ataques, otorgándole así un mensaje claro de resistencia ante los embates de sectores de poder en Washington.