Posterior al Laudo Arbitral de París continuó la agresión imperial británica contra Venezuela. Curiosamente la misma semana que se fraguó la fraudulenta sentencia, llegó a las costas de la Guaira el Crucero militar estadounidense USS Detroit, con la intención de presionar al ya debilitado gobierno de Ignacio Andrades. Con esto los estadounidenses querían asegurarse que el mandatario venezolano no se resistiera a la sentencia del tribunal arbitral de París de 1899, que despojaba ilegalmente a Venezuela de 159.500km2 de su territorio.

Semanas después Gran Bretaña, amenazó al gobierno venezolano de la época, exigiéndole que, si no enviaba antes del 3 de octubre de 1900 una comisión delineadora para trazar la línea de facto dictada por el írrito Laudo Arbitral de París, iban a proceder a demarcarla por sí mismos.

A pesar del fraude consumado y la amenaza de demarcación, Venezuela no dejó de defender sus derechos históricos y jurídicos en el territorio de la Guayana Esequiba ya que logró desalojar al invasor británico en varias oportunidades.
En 1912 y 1936 invasores británicos procedentes de la Guyana Británica, violando la línea de facto impuesta por el arbitraje de París, quisieron robarle más territorio a Venezuela pretendiendo adueñarse del río Venamo y del pueblo de Luepa ubicado en la Gran Sabana, pero en ambos intentos fueron expulsados por los generales Antonio Cattaneo y Juan Fernández Amparan.

El gobierno venezolano nunca dejó de protestar y luchar para que se hiciera justicia tras el arrebato de su territorio, y en 1944 el presidente venezolano de la época, Isaías Medina Angarita, le exigió oficialmente al gobierno de EE.UU. la reparación amistosa de la injusta cometida por el Laudo Arbitral de París de 1899.
Uno de los hechos que reforzó la tesis venezolana fue la revelación en 1945 de uno de los Abogados que participó en el laudo de París, Severo Mallet Prevost, quien confesó la ilegalidad del laudo por haber sido un arreglo entre el imperio británico y EE.UU. en prejuicio de Venezuela e informó del injusto despojo de ese territorio.

De este modo, un 12 de noviembre de 1962, el gobierno de venezolano de turno, representado diplomáticamente por el Canciller, Marcos Falcón Briceño, acordó con Gran Bretaña revisar los límites entre Venezuela y la Guayana Británica. Con este paso, por primera vez en 60 años, Londres aceptaba el reclamo legítimo de Caracas y se iniciaba el rumbo de las negociaciones para llegar al Acuerdo de Ginebra de 1966.

El Acuerdo de Ginebra, de 1966, es el único instrumento jurídico válido para dirimir la controversia territorial sobre la Guayana Esequiba y reconoce los derechos legítimos e irrenunciables de Venezuela sobre este territorio.

En 1987, por iniciativa de Venezuela y en consenso con Guyana, se decidió en mutuo acuerdo aceptar el método de los Buenos Oficios y el 11 de noviembre de 1989 se activó formalmente la figura del Buen Oficiante con el economista granadino, Meredith Alister Mcintyre, que ejerció la responsabilidad hasta el 26 de octubre de 1999.

No se puede obviar que en defensa de la soberanía de Venezuela en el año 2000 el expresidente y líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, ejerció la diplomacia bolivariana de paz y evitó que el Gobierno de Guyana del momento instalara una base militar de EE.UU. en la zona en disputa para supuestamente lanzar un cohete al espacio.

En este contexto, el Jurista de Barbados, Oliver Jackman, asumió la figura de Buen Oficiante desde 1999 hasta el 2007 y colaboró con las Naciones Unidas para resolver la controversia territorial entre Venezuela y Guyana, pero al fallecer Jackman, la Organización de Naciones Unidas junto a los gobiernos de Venezuela y Guyana acordaron designar al Académico Jamaiquino, Norman Girvan como Buen Oficiante, quien asumió el cargo desde el 2010 hasta el 2014.
El 26 de febrero del 2015, Venezuela exige a Guyana y a la Exxon Mobil la paralización de sus actividades en el Bloque Stabroek y le advierte sobre toda la ilegalidad de las operaciones en una zona en disputa, posteriormente para julio del mismo año Venezuela solicitó formalmente ante el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, la designación de un nuevo buen oficiante.

Sin embargo, el descubrimiento, en 2015, de un yacimiento de fama mundial de la petrolera estadounidense Exxon Mobil, en el mar de la Guayana Esequiba, territorio en disputa entre Venezuela y Guyana, condujo que la trasnacional petrolera estadounidense hiciera lobby en las Naciones Unidas junto al gobierno de Guyana, en contra de los intereses venezolanos y se evitara que se designara un buen oficiante.
Por lo que en 2018 el gobierno de la República Cooperativa de Guyana inicia sus agresiones contra Venezuela al demandarla ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con la intención de llevar la controversia territorial de la Guayana Esequiba, sin el consentimiento de ambas partes y de forma unilateral, ante ese tribunal internacional, violando lo estipulado en el Acuerdo de Ginebra de 1966.
El Acuerdo de Ginebra estipula como principio la mediación, negociación además de buscar soluciones prácticas y satisfactorias para el arreglo pacífico de la controversia entre las partes, por lo tanto, es considerado para los venezolanos el único instrumento legal para dimir la disputa por la Guayana Esequiba.