La plataforma YouTube, propiedad de Google, eliminó de forma permanente los canales oficiales de tres reconocidas organizaciones palestinas de derechos humanos: Al-Haq, Al Mezan Center for Human Rights y el Palestinian Centre for Human Rights (PCHR).
La medida, denunciada por el medio estadounidense The Intercept, implicó la desaparición de más de 700 videos que documentaban presuntos crímenes de guerra cometidos por Israel en Gaza y en la Cisjordania ocupada.
Según The Intercept, las cuentas fueron eliminadas sin previo aviso ni posibilidad de apelación, lo que generó un fuerte rechazo de grupos humanitarios y defensores de la libertad de prensa. Los videos suprimidos contenían registros visuales de ataques aéreos, ejecuciones extrajudiciales y otras violaciones graves al derecho internacional humanitario durante los bombardeos israelíes de 2023 y 2024.
En un comunicado citado por el medio, Al-Haq acusó a YouTube de “participar en un encubrimiento digital de las atrocidades israelíes” y de “silenciar las voces palestinas bajo el pretexto de políticas de contenido ambiguas”.
Por su parte, el Centro Al Mezan señaló que el material eliminado servía como “prueba esencial para los mecanismos internacionales de rendición de cuentas, incluyendo la Corte Penal Internacional”.
YouTube hace silencio y sirve al sionismo

YouTube no ofreció comentarios públicos detallados, pero fuentes de la empresa citadas por The Intercept indicaron que los canales fueron eliminados por presuntas “violaciones reiteradas a las políticas sobre contenido violento o gráfico”.
Sin embargo, las organizaciones afectadas afirman que todo el material publicado estaba contextualizado y destinado a la defensa de los derechos humanos, cumpliendo con las normas internacionales de documentación.
El Palestinian Centre for Human Rights calificó la medida como “un intento de borrar la memoria visual de los crímenes de guerra”, y advirtió que su eliminación “pone en riesgo los esfuerzos globales por la justicia”. Diversos activistas digitales y expertos en derechos humanos han denunciado que plataformas tecnológicas están aplicando una censura selectiva contra contenidos palestinos, mientras permiten que material propagandístico israelí permanezca en línea.

El investigador de Human Rights Watch, Omar Shakir, escribió en X (antes Twitter): “Las plataformas tienen la responsabilidad de proteger la libertad de información. Eliminar evidencia de crímenes de guerra es borrar la historia”.
Este incidente se suma a una serie de denuncias previas sobre el uso de algoritmos y políticas de moderación de contenido que perjudican de manera sistemática a voces palestinas. En 2021, organizaciones como Access Now y amleh (Centro Árabe para el Desarrollo Social de Medios) ya habían advertido sobre la eliminación masiva de contenido palestino en Facebook, Instagram y YouTube durante los bombardeos sobre Gaza.

Mientras crecen las presiones sobre Google para restablecer los canales eliminados, juristas internacionales han advertido que estas plataformas pueden estar interfiriendo en procesos de documentación cruciales para futuras investigaciones judiciales sobre crímenes de guerra.
“El silencio digital es otra forma de complicidad”, afirmó Al-Haq. “Eliminar los registros no borra los crímenes; solo protege a los perpetradores”.

