El pasado lunes 19 de mayo, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, llegó a los Estados Unidos para reunirse este miércoles con su homólogo Donald Trump.
El gobierno sudafricano considera esta visita como una oportunidad para replantear las relaciones estratégicas entre ambos gobiernos luego de haberse roto en marzo pasado con la expulsión del entonces embajador sudafricano en Washington, Ebrahim Rasool, y su designación como persona ‘non grata’ por haber críticas las políticas de Trump y el genocidio de Israel en la Franja de Gaza.
Tras la expulsión del embajador sudafricano, la administración estadounidense, emitió una orden ejecutiva cuestionando la polémica ley de Expropiación sudafricana, promulgada el pasado enero. Además, Trump señaló que supuestamente se les están quitando las tierras a la comunidad afrikáners.
Sin embargo, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, niega que exista discriminación contra los blancos en su país y sostiene que la reforma agraria busca corregir desigualdades históricas que provienen desde la época colonial y se extrapolaron con el apartheid.
En medio de esta polémica bilateral Donald Trump establecido represalias económicas contra Sudáfrica, desmejorando no solamente el comercio, tras aplicar un 30% de aranceles a todos los productos sudafricanos, que luego fueron reducidos a un arancel base del 10%. sino que también afectó los programas de salud pública contra el VIH, afectando la recaudación del 18% de financiamiento.
En medio de este contexto, el martes 20 de mayo, el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, confirmó que su nación no participará en la próxima reunión del G20 en noviembre. «Hemos decidido no participar en la reunión del G20 de este año, organizada por Sudáfrica, ni a nivel de ministro de Asuntos Exteriores ni a nivel presidencial”. Sin embargo, afirmó que EEUU está abierto a considerar un restablecimiento de las relaciones, siempre que Sudáfrica muestre su voluntad.
Un partido de izquierda en Sudáfrica critica la visita de Ramaphosa a Washington
Según informaciones difundidas por varios medios internacionales, Ramaphosa estaría dispuesto a facilitar la entrada de Starlink al mercado sudafricano mediante un marco regulatorio especial, lo que ha generado un fuerte rechazo por parte del partido opositor sudafricano Luchadores por la Libertad Económica.
En medio de este presunto negocio con las empresas tecnológica del magnate Elon Musk, el partido de tendencia izquierdista, Luchadores por la Libertad Económica, ha denunciado en la red social x, “Esta medida no solo es inconstitucional, sino que también expone a Ramaphosa como dispuesto a comprometer nuestra soberanía para satisfacer el ego inflado de Elon Musk y Donald Trump”. El partido también alertó de que la posible entrada de Starlink supone un riesgo para la industria y pondría “en juego” la seguridad nacional de Sudáfrica.
