Hamás declaró que no renunciará a su brazo armado ni entregará el control de Gaza mientras no se reconozca un Estado palestino independiente con Jerusalén como capital. Así lo afirmó el alto dirigente Khalil al-Hayya, en respuesta a las presiones internacionales que condicionan el fin del conflicto al desarme del grupo.
La posición fue comunicada tras propuestas respaldadas por Francia, Arabia Saudita y Egipto, que impulsan un plan de posguerra en Gaza con la Autoridad Palestina al mando y la eliminación de la estructura militar de Hamás.
Sin embargo, el movimiento islamista sostiene que su resistencia es legítima mientras persista la ocupación israelí y no se garantice la autodeterminación del pueblo palestino.
“El desarme podrá discutirse solo después del fin de la ocupación y la creación de un Estado soberano”, afirmó al-Hayya. La postura endurece el escenario diplomático en medio de los esfuerzos internacionales por lograr un alto el fuego duradero y reconstruir Gaza.