El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, expresó este miércoles su agradecimiento a los gobiernos y pueblos del mundo que han manifestado respaldo a Caracas tras el reciente despliegue militar de Estados Unidos en el sur del mar Caribe, que incluiría buques de guerra, un crucero de misiles y un submarino nuclear.
«Venezuela es un país admirado en el mundo, querido en el mundo. No solo por los gobiernos, que nos están dando una solidaridad impresionante, sobre todo ahora, que Venezuela ha sido amenazada con un submarino nuclear», afirmó el mandatario desde el Palacio de Miraflores en Caracas.
Al referirse a la eventual presencia de un submarino nuclear en aguas cercanas, Maduro recordó que esa acción es violatoria del Tratado de Tlatelolco, el cual establece de manera explícita la prohibición de «la movilización, la utilización y la fabricación de armas nucleares en todo el territorio de América Latina y el Caribe».
«Venezuela está recibiendo una impactante solidaridad mundial, porque nunca se había amenazado a ningún país de América Latina y el Caribe con un submarino nuclear», subrayó el jefe de Estado. Según señaló, este respaldo internacional responde a la «diplomacia bolivariana de paz», inspirada en el pensamiento del Libertador Simón Bolívar y del expresidente Hugo Chávez.

En su mensaje, Maduro también marcó distancia con lo que calificó como una política exterior de intimidación:
«Venezuela tiene una diplomacia extraordinaria. Nuestra diplomacia no es la diplomacia de las cañoneras, de las amenazas. Porque el mundo no puede ser, otra vez, el mundo de hace 100 años, la diplomacia de las cañoneras: ‘tengo tantos cañones, tantos barcos, te los pongo al frente y tú te rindes o haces lo que a mí me da la gana’. No, eso se acabó».

El contexto regional se ha tensado aún más en las últimas semanas, luego de que la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, elevara de 25 a 50 millones de dólares la recompensa ofrecida por información que conduzca a la captura de Maduro, a quien Washington acusa —sin presentar pruebas— de liderar un cártel de narcotráfico.
La confirmación del despliegue militar estadounidense, oficialmente justificado como parte de operaciones contra el tráfico internacional de drogas, ha despertado fuertes críticas y alertas de líderes latinoamericanos y de otras regiones, quienes consideran que este movimiento encubre intenciones de intervención contra Venezuela y pone en riesgo la estabilidad del Caribe.
Cancilleres de Venezuela y Brasil apoyan la tesis de Maduro

En la víspera, las autoridades venezolanas presentaron en la ONU una denuncia frente a lo que consideran una «escalada de acciones hostiles y amenazas» por parte de Washington.
Los cancilleres de Venezuela, Yván Gil, y de Brasil, Mauro Vieira, condenaron el reciente despliegue de fuerzas militares de Estados Unidos en el sur del mar Caribe. Ambos funcionarios han calificado la acción como una «agresión» que atenta contra la paz y la seguridad de la región.
En una conversación telefónica, Gil le expresó a Vieira que el despliegue de buques de guerra, incluido un submarino nuclear, representa una amenaza sin precedentes para América Latina y el Caribe. El canciller venezolano enfatizó que estas acciones violan la Zona de Paz proclamada por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en 2014 y el Tratado de Tlatelolco de 1967.
Ambos ministros coincidieron en la necesidad de detener de inmediato estas «agresiones». Vieira también compartió las preocupaciones de Brasil sobre las «guerras arancelarias» de EE.UU., a las que describió como otra forma de agresión injustificada que perjudica la cooperación regional.