La tragedia que estremeció a Mineápolis (Minesota, EE.UU.) el 27 de agosto de 2025 sigue revelando detalles estremecedores. Robin Westman ha sido identificado como el presunto autor del tiroteo en la Iglesia y Escuela Católica de la Anunciación, donde dos niños perdieron la vida y al menos 17 personas resultaron heridas.
«El nivel de potencia de fuego desatado a plena luz del día es completamente repugnante e inaceptable. Este tipo de arma es más un arma de guerra que algo que deba estar en las calles aquí. El daño que se causó a los cuerpos de algunas de estas víctimas es indescriptible», declaró Brian O’Hara, jefe de Policía de Mineápolis.
Mineápolis estremecida
Posteriormente, a través de la cuenta oficial de X de la Ciudad de Mineápolis se informó que el tirador ha sido neutralizado y que ya no existe amenaza para la comunidad.

Según confirmó la Policía local, el atacante vestía de negro y portaba tres armas al momento de irrumpir en el recinto escolar. Abrió fuego dentro de la institución en pleno inicio del ciclo escolar y posteriormente se quitó la vida.
En las últimas horas, la primera imagen del agresor comenzó a circular en redes sociales, acompañada de una nota manuscrita atribuida al sospechoso. El escrito ha sido descrito como una mezcla entre carta de suicidio y manifiesto. Allí, Westman plasmó años de depresión, ira y frustración, además de un profundo agotamiento frente a las presiones del trabajo, las deudas y lo que él consideraba las injusticias de la sociedad estadounidense.
La magnitud del ataque generó consternación nacional e internacional, pero las palabras más duras vinieron desde la propia ciudad. Jacob Frey, alcalde de Mineápolis, se mostró visiblemente afectado al dirigirse a la prensa:
«No hay palabras que puedan expresar el horror y la maldad de este acto indescriptible. Hay niños muertos. Sus familias han perdido a un hijo. No se puede expresar con palabras la gravedad, la tragedia y el dolor absoluto de esta situación», señaló.
El alcalde añadió que el sufrimiento de las familias es «extraordinario» y lanzó un mensaje directo contra la falta de medidas efectivas frente a la violencia armada:
«No digan que ahora solo se trata de pensamientos y oraciones. Estos niños estaban literalmente rezando. Era la primera semana de colegio. Estaban en una iglesia», recalcó.
Frey también subrayó la vulnerabilidad de los menores en entornos que deberían ser seguros: «Son niños que deberían estar aprendiendo con sus amigos. Deberían estar jugando en el patio. Deberían poder ir al colegio o a la iglesia en paz, sin miedo ni riesgo de violencia, y sus padres deberían tener la misma seguridad. Este es el tipo de garantías básicas que todas las familias deberían tener en cada momento del día, independientemente del lugar del país en el que se encuentren», concluyó.
El tiroteo en Mineápolis reabre con fuerza el debate sobre la violencia armada en EE.UU., especialmente en espacios escolares y religiosos, que en teoría representan refugios de paz para la infancia y las comunidades.
Mientras las investigaciones avanzan, la sociedad estadounidense vuelve a enfrentarse a una de sus heridas más profundas: la facilidad de acceso a las armas y las consecuencias devastadoras que ello acarrea.