En las condiciones actuales del sistema internacional, la guerra de Ucrania se ha convertido en un referente para la transformación del orden mundial y una prueba para el papel de las potencias que reorganizan las normas internacionales. Desde la perspectiva de la República Islámica de Irán, este conflicto no es simplemente una disputa fronteriza, sino una manifestación de la confrontación entre las perspectivas del «multilateralismo» y la unipolaridad hegemónica. En este marco, Irán ha identificado oportunidades para consolidar su posición como potencia regional e internacional. La más importante de estas oportunidades es la profundización de la Alianza Oriental con potencias que buscan ajustar el orden internacional, como Rusia y China. La firma del Tratado de Asociación Estratégica Integral con Rusia es un ejemplo de cómo aprovechar esta oportunidad, que fortalecerá la cooperación entre ambos países en los ámbitos político, de seguridad, económico y cultural, y creará una red resistente a la presión occidental.
Además de la dimensión geopolítica, esta guerra ha brindado a Irán oportunidades económicas y militares. En el ámbito económico, las sanciones occidentales contra Rusia han impulsado al país a cooperar con Irán, lo que ha permitido la creación de corredores comerciales, el desarrollo de mecanismos financieros al margen del dominio del dólar y la atracción de inversiones. En el ámbito militar, la necesidad de Rusia de fortalecer sus capacidades de defensa ha abierto una ventana para la demostración y el desarrollo de las capacidades de defensa de Irán. La cooperación en defensa e industrial entre ambos países, basada en intereses comunes, conlleva la transferencia de conocimientos técnicos y el fortalecimiento de la disuasión, y transmite un mensaje sobre la capacidad de la coalición para resistir las presiones occidentales.
Sin embargo, una victoria de la OTAN y Occidente en Ucrania supone una grave amenaza no solo para Rusia, sino también para la seguridad nacional y los intereses estratégicos de Irán. Tal escenario significaría fortalecer la hegemonía occidental, expandir la OTAN hacia el este y aumentar la presión sobre Irán. La OTAN ha identificado a Irán como una amenaza junto con Rusia, y su victoria podría provocar una nueva oleada de sanciones e iniciativas para limitar las capacidades de defensa y el papel regional de Irán, y reducir la credibilidad del frente de resistencia.
Observaciones finales:
En conclusión, para la República Islámica de Irán, la guerra en Ucrania es un escenario crucial en el esfuerzo por forjar un nuevo orden multipolar. Al centrarse en transformar las amenazas en oportunidades y consolidar alianzas estratégicas con potencias no occidentales, Irán busca equilibrar la situación internacional y garantizar la seguridad nacional. Por lo tanto, continuar la cooperación profunda con Rusia y China es una necesidad estratégica para neutralizar los planes de la OTAN y transitar hacia un mundo más justo y multipolar.
Por Seyed Mohammad Javad Hosseini, Analista iraní para ExtraNews Mundo

