El 28 de mayo del 2011, por iniciativa de The Hunger Project, un movimiento global que busca un mundo sin hambre, se creó el «día Mundial del hambre», para visibilizar la atención sobre la crisis alimentaria mundial, plantear soluciones sostenibles al hambre en el mundo y declarar «un planeta libre de hambre«.
Sin embargo, el Comité de Bioética de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Sociedad Española de Pediatría Social (SEPS) han mostrado en un comunicado su rechazo ante las muertes de niños y niñas en la Franja de Gaza como consecuencia del hambre, la desnutrición severa y el colapso de los sistemas sanitarios y humanitarios; y apelan a la responsabilidad ética internacional ante una situación «representa una grave vulneración» de los principios más elementales de la ética médica, del derecho internacional humanitario y del principio universal de humanidad.
«Pronunciarse ante esta realidad no es un acto de activismo político, sino una expresión de coherencia ética y profesional, fundamentada en el compromiso con la salud y los derechos de los niños y adolescentes. La ética médica obliga a alzar la voz y denunciar cualquier atentado contra la dignidad humana, especialmente cuando este afecta a los más vulnerables», señalan.
Así, recuerdan que la muerte por inanición no puede considerarse una consecuencia inevitable de un conflicto armado, sino una forma de violencia estructural que vulnera los derechos fundamentales de la infancia. Así lo establece la Convención sobre los Derechos del Niño (1989), ratificada por la inmensa mayoría de los Estados del mundo. En su artículo 6 se reconoce el derecho a la vida, y en el artículo 24, el derecho de todo niño a disfrutar del más alto nivel posible de salud y a recibir servicios médicos adecuados.

Por tanto, consideran que impedir la entrada de ayuda humanitaria o limitarla de forma sistemática es una «violación directa de estos derechos y una transgresión de normas internacionales esenciales» que protegen a los menores en contextos de conflicto.
Por ello, exigen el cese inmediato de toda acción que impida el acceso a ayuda humanitaria y reclaman medidas eficaces y urgentes para garantizar la supervivencia y el bienestar de la infancia en Gaza, que «el sufrimiento infantil no puede normalizarse ni quedar relegado al silencio».
Además, hacen un llamado a las autoridades internacionales, organismos humanitarios, gobiernos y profesionales sanitarios para que actúen con «firmeza, responsabilidad y humanidad». «No podemos permanecer en silencio ante la muerte evitable de niños por hambre. Los niños de Gaza tienen derecho a vivir, a crecer sanos y a ser protegidos», recuerdan.

«Esta responsabilidad es compartida por toda la comunidad internacional, incluidas las organizaciones científicas y médicas, que deben desempeñar un papel activo en la denuncia y en la promoción de soluciones humanitarias sostenibles. La ética médica nos obliga a alzar la voz. La conciencia humana, a no mirar hacia otro lado», concluyen.
Según la OMS, 57 niños han muerto de hambre en Gaza
En el desierto humanitario de Gaza mueren niños desnutridos, mientras que los supervivientes pueden esperar toda una vida de graves problemas de salud, según declaró este martes la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Si la situación en la Franja persiste, se espera que cerca de 71.000 niños menores de cinco años sufran desnutrición aguda en los próximos 11 meses. Además, el embargo total de la ayuda por parte de Israel sólo ha dejado suministros de la Organización Mundial de la Salud suficientes para tratar a 500 niños con desnutrición aguda.

El representante de la OMS en los Territorios Palestinos Ocupados, el doctor Rik Peeperkorn, informó a los periodistas en Ginebra que el embargo total de la ayuda por parte de Israel sólo ha dejado suministros de la OMS suficientes para tratar a 500 niños con desnutrición aguda, “una fracción de las necesidades urgentes”.
“La gente está atrapada en este ciclo en el que la falta de alimentos diversificados, la desnutrición y las enfermedades se alimentan mutuamente”, advirtió.
Cada día más de 300 niños son examinados por desnutrición
“Esta es una de las peores crisis de hambre del mundo, que se desarrolla en tiempo real”, dijo Peeperkorn.
El representante de la agencia sanitaria de la ONU habló de su reciente visita al hospital Kamal Adwan, en el norte de Gaza, donde cada día más de 300 niños son examinados en un centro de nutrición apoyado por la OMS: “Los he visto [en las] salas (…). Un niño de cinco años y yo pensaba que tenía dos y medio”.
Durante la visita, el hospital informó de más de un 11% de casos con desnutrición aguda global.

Peeperkorn insistió en los daños a largo plazo de la malnutrición, que “pueden durar toda la vida”, con repercusiones como retraso en el crecimiento, deterioro del desarrollo cognitivo y de la salud.
“Sin suficientes alimentos nutritivos, agua limpia y acceso a la atención sanitaria, toda una generación se verá afectada de forma permanente”, declaró.