El Departamento de Estado de Estados Unidos reiteró este 12 de mayo su advertencia de nivel 4, instando a sus ciudadanos a no viajar ni permanecer en Venezuela debido a supuestos “riesgos extremos”.
En su comunicado, el gobierno estadounidense argumenta que persisten altos niveles de delincuencia, riesgo de detenciones arbitrarias y deficiencias en servicios básicos. Sin embargo, la justificaciones estadounidenses para emitir nuevamente la alerta de viaje contrastan con cifras oficiales y reportes de organismos internacionales que dan cuenta de mejoras sostenidas en materia de seguridad y estabilidad en Venezuela.
Durante su mensaje anual ante la Asamblea Nacional, en enero de 2025, el presidente Nicolás Maduro señaló que uno de los principales logros de los últimos años ha sido la reducción de la criminalidad.

Alerta de viaje: desmontando la narrativa de EEUU
Según datos del Ministerio de Interior, Justicia y Paz, entre 2016 y 2024 la tasa de homicidios disminuyó en un 92%, pasando de 56 a 4,1 casos por cada 100.000 habitantes. Solo en 2024, las autoridades detuvieron a 19.434 personas por delitos diversos y recuperaron más de 2.000 armas de fuego y 5.000 vehículos robados.
Esta mejora en las condiciones de seguridad ha tenido un impacto directo en el repunte del turismo internacional. Según cifras del Ministerio de Turismo, durante el primer semestre de 2024 Venezuela recibió más de un millón de visitantes extranjeros, principalmente provenientes de Rusia, Polonia, Colombia, Irán, Cuba y Portugal.

Esto representó un incremento de más de 400.000 turistas en comparación con el mismo período del año anterior. La expansión de las rutas aéreas internacionales —que aumentaron en un 38%— y la creciente conectividad con mercados emergentes han sido claves en este crecimiento.
Además, la economía venezolana mostró un desempeño positivo en 2024, con un crecimiento del 6,2% del Producto Interno Bruto, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), lo que la posicionó como la economía de mayor expansión en América Latina durante ese año.
Pese a la alerta de viaje de Washington, múltiples indicadores muestran una tendencia hacia la recuperación económica y social de Venezuela, así como una creciente presencia internacional en su territorio, lo que contrasta con la imagen proyectada por el gobierno estadounidense.