Investigación revela los oscuros antecedentes de varios liberados por EE. UU. en el acuerdo de julio con Venezuela.
El reciente canje de prisioneros entre Venezuela, Estados Unidos y El Salvador ha sido descrito por el presidente Nicolás Maduro como un acto de justicia y dignidad nacional. Pero más allá de las declaraciones oficiales, los perfiles de los liberados por parte venezolana refuerzan su tesis: el Gobierno bolivariano entregó criminales de peso, mientras recuperaba a ciudadanos inocentes encarcelados injustamente.
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El caso emblemático: Dahud Hanid Ortiz

Uno de los nombres más polémicos es Dahud Hanid Ortiz, un exmarine estadounidense con nacionalidad venezolana que fue condenado en 2024 a 30 años de prisión por un triple homicidio en Madrid. En junio de 2016, Ortiz asesinó a tres personas en un despacho jurídico en el barrio madrileño de Usera, motivado por razones personales. El crimen fue brutal: apuñalamientos múltiples e incendio del lugar.
¿Quién pidió liberarlo?
Ortiz huyó a Venezuela, donde fue capturado en 2018 y posteriormente juzgado y condenado bajo el debido proceso. Sin embargo, en julio de 2025, fue entregado a EE. UU. como parte del canje.
Este hecho no fue una iniciativa unilateral venezolana, sino una solicitud expresa de Estados Unidos, que lo incluyó entre los ciudadanos que exigía repatriar. El Gobierno bolivariano cumplió con el acuerdo, lo que desmonta por completo la narrativa de que el canje fue usado solo para excarcelar opositores.
Los otros liberados: exmilitares y operadores encubiertos

Varios de los estadounidenses repatriados presentan perfiles altamente sensibles: exagentes militares, operadores tácticos o personas detenidas en circunstancias relacionadas con actividades de inteligencia:
- Wilbert Joseph Castañeda, ex Navy SEAL, fue detenido en Apure portando mapas y equipos de geolocalización de instalaciones militares venezolanas.
- Lucas Hunter, ciudadano franco-estadounidense, fue capturado mientras realizaba actividades acuáticas en una zona fronteriza restringida. Su pasado en empresas vinculadas al sector de seguridad privada encendió alertas.
- Fabián Buglione y Renzo Huamanchumo, con conexiones en redes de recolección de información estratégica, fueron arrestados mientras tomaban imágenes de zonas petroleras o portaban dispositivos de espionaje.
Todos ellos fueron presentados por Washington como “detenidos injustamente”, pero las pruebas de las autoridades venezolanas ahora demuestran que formaban parte de una red de infiltración y desestabilización.
El presidente Nicolás Maduro lo dijo con claridad:
“Nosotros liberamos asesinos confesos y agentes extranjeros; ellos pidieron liberar a criminales políticos que atentaron contra la estabilidad del país”.
Al evaluar el contenido del canje, los hechos se imponen:
- Dahud Hanid Ortiz, triple homicida, fue entregado.
- Operadores tácticos con entrenamiento militar fueron repatriados.
- Venezuela no exigió opositores como moneda de cambio, sino que logró la liberación de civiles inocentes encarcelados sin debido proceso en otro país.
- Venezuela liberó a un asesino condenado por un triple crimen.
- EE. UU. liberó a ciudadanos detenidos por razones políticas, muchos sin juicio.
El canje fue más que un intercambio diplomático: fue una victoria ética y estratégica para Venezuela. Demostró que no se esconde ni protege criminales, y que actúa con soberanía frente a los intereses geopolíticos. Al mismo tiempo, dejó en evidencia que Estados Unidos no solo protege a sus ciudadanos, sino también a agentes que han actuado bajo sombras.
Lejos de los titulares manipulados, los hechos prueban que Maduro tenía razón.

El canje no solo fue una jugada diplomática, sino también una lección política. A pesar de los intentos por manipular el relato, los hechos muestran que Venezuela actuó con transparencia. Lejos de ocultar a un asesino, lo juzgó, lo condenó y luego lo entregó por solicitud del país que ahora guarda silencio sobre su paradero.
Dahud Hanid Ortiz no fue incluido por error. Su imagen fue publicada por la embajada estadounidense en Caracas, saludando sonriente con una bandera. Aterrizó en Texas y fue recibido como “liberado político”. Sin embargo, su crimen es uno de los más documentados de la última década: un triple asesinato cometido en Madrid en 2016, por el que fue condenado a 30 años de prisión en Venezuela.
Pese a ello, fue incorporado al canje solicitado por Washington. Ni la embajada de EE. UU. ni el Departamento de Estado ofrecieron explicaciones.
Víctor Salas teme por su vida tras la liberación de su agresor
Víctor Salas, un abogado que ejerce en Madrid, vuelve a vivir con el temor. El hombre que intentó asesinarlo, y que también fue condenado por un triple asesinato, ha sido puesto en libertad como parte de un intercambio de prisioneros. Salas está indignado, afirmando que no puede comprender cómo un individuo que cumplió solo una fracción de su condena pudo ser incluido en una negociación de este tipo.
Salas relató haber recibido llamadas el domingo y el lunes de autoridades alemanas y españolas, quienes le informaron que su agresor, identificado como Ortiz, era parte del canje.
Salas expresó su indignación con los gobiernos de Estados Unidos y El Salvador, así como con el expresidente español Zapatero. Enfatizó: «No podemos permitir que cualquiera entre a España, mate a tres personas y quede impune».