El expresidente de Bolivia, Evo Morales, criticó de forma contundente la decisión del gobierno de Rodrigo Paz de eliminar los subsidios al combustible, al advertir que la medida profundiza la crisis social y transfiere el costo del ajuste económico a la población más vulnerable.
Durante un acto en Cochabamba, Morales señaló que el incremento del diésel en 160 % y de la gasolina en 90 %, frente a un aumento del salario mínimo de apenas 20 %, revela una política económica desbalanceada que deteriora el poder adquisitivo de los trabajadores.
Según el exmandatario, la eliminación de los subsidios no responde a una estrategia consensuada ni orientada al bienestar colectivo, sino a un enfoque que beneficia principalmente a sectores empresariales y al agronegocio. Evo Morales sostuvo que la mayoría de los movimientos sociales rechazan la medida y cuestionó que el Gobierno busque reducir el déficit fiscal a través de recortes que afectan directamente el costo de vida.

La decisión presidencial, adoptada por decreto, pone fin a casi dos décadas de regulación estatal sobre los precios de los combustibles, una política vigente desde 2006.
La reacción social no se hizo esperar: sindicatos y organizaciones vecinales anunciaron movilizaciones, bloqueos y posibles huelgas indefinidas. Para Evo Morales, el rumbo económico actual amenaza con ampliar las desigualdades y debilitar la cohesión social en un contexto ya marcado por tensiones económicas y sociales.

