La crisis humanitaria y la hambruna en Gaza ha alcanzado un punto de quiebre. Según el Ministerio de Salud del enclave, al menos 111 personas —incluidos más de 80 niños— han muerto por causas relacionadas con el hambre desde el inicio de la ofensiva israelí tras el 7 de octubre.
Solo en julio, se registraron 46 muertes por inanición, mientras los hospitales reportan la falta total de suplementos nutricionales y la imposibilidad de atender a pacientes, muchos de ellos personal médico también afectado por la desnutrición.
Ante este escenario devastador, más de 100 organizaciones humanitarias y de derechos humanos —entre ellas Médicos Sin Fronteras, Mercy Corps, el Consejo Noruego para los Refugiados y Oxfam— han emitido una declaración conjunta advirtiendo sobre el riesgo inminente de una hambruna masiva.
Denuncian que sus propios trabajadores están «desvaneciéndose ante sus ojos» y exigen la apertura inmediata de todos los cruces a Gaza, el cese del control militar sobre la distribución de ayuda y la suspensión de exportaciones de armas a Israel.
La hambruna en Gaza ha afectado a 30 mil niños en 2025
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha confirmado un aumento “mortal” de la desnutrición, con más de 30.000 niños menores de cinco años afectados solo en 2025.
Centros de nutrición se encuentran desbordados, sin insumos, y el 95 % de los hogares enfrenta una escasez severa de agua. El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que más del 20 % de las mujeres embarazadas y lactantes sufren malnutrición grave.
El acceso a alimentos también se ha vuelto letal. Informes locales indican que más de 800 personas han muerto y miles han resultado heridas al intentar acercarse a centros de reparto de ayuda controlados por el ejército israelí, en un esquema criticado por las Naciones Unidas como una forma de «arma humanitaria» usada para forzar el desplazamiento de la población.
En este contexto, la agencia AFP ha emitido un llamado urgente: sus últimos colaboradores en Gaza enfrentan el riesgo de morir de hambre. En un comunicado inédito, la agencia describe cómo sus periodistas, aunque siguen recibiendo salarios, no tienen acceso a alimentos ni medicamentos.
Uno de ellos, Bashar, perdió recientemente a su hermano por inanición. “Nunca imaginamos perder un reportero por hambre”, sentencia AFP, apelando a la comunidad internacional para garantizar su supervivencia y el derecho a informar desde el territorio más peligroso del mundo para ejercer el periodismo.