El líder liberal se impone con más del 50% de los votos en una jornada que marca el fin de la era Yoon y abre una etapa de profundas reformas políticas y económicas.
Corea del Sur ha elegido este martes a Lee Jae-myung como nuevo presidente en unas elecciones anticipadas convocadas tras la destitución del conservador Yoon Suk-yeol.
El candidato liberal del Partido Democrático logró un respaldo mayoritario en las urnas, con el 51.7% de los votos según las encuestas a pie de urna, superando con holgura al conservador Kim Moon-soo, quien obtuvo el 39.3%.
La jornada electoral estuvo marcada por una altísima participación, que alcanzó el 78%, la más elevada desde 1997. Este dato refleja el profundo interés ciudadano por restaurar la institucionalidad democrática y dejar atrás meses de crisis política e incertidumbre.
La elección anticipada fue convocada después de que Yoon Suk-yeol intentara imponer la ley marcial en diciembre de 2024, alegando una supuesta amenaza al orden constitucional.
Esa acción, percibida como un intento de consolidar el poder por vías autoritarias, generó protestas masivas y condujo a su destitución por parte del Tribunal Constitucional el pasado abril.
Una elección bajo la sombra del autoritarismo
Lee Jae-myung, exabogado de derechos humanos y exgobernador de la provincia de Gyeonggi, ya había sido candidato presidencial en 2022, cuando fue derrotado por estrecho margen por Yoon.
Esta vez, sin embargo, su mensaje de justicia social, reforma institucional y reconciliación nacional encontró un amplio eco en el electorado.
El expresidente Yoon había sido criticado por su estilo confrontacional y sus intentos de debilitar a las instituciones legislativas y judiciales.
Su caída comenzó a gestarse cuando ordenó la entrada del ejército en la Asamblea Nacional, lo que fue calificado por los partidos de la oposición como un “golpe de Estado técnico”.
La candidatura de Lee representó una apuesta por el retorno al orden institucional. No obstante, su figura no está exenta de polémica. Durante la campaña fue objeto de investigaciones por supuestos casos de corrupción, aunque él siempre ha asegurado que se trata de maniobras políticas.
Retos económicos y diplomáticos

Lee Jae-myung podría asumir el cargo de forma inmediata, sin periodo de transición, como lo establece la Constitución surcoreana en casos de vacancia presidencial.
Su mandato, que se extenderá por cinco años, arranca con desafíos tanto en el ámbito interno como en el plano internacional.
En lo económico, se ha comprometido a implementar políticas expansivas para reducir la desigualdad y estimular la recuperación tras la desaceleración registrada en 2024. También ha propuesto una mayor inversión en tecnología y energías limpias.
En cuanto a la política exterior, ha prometido mantener una relación sólida con Estados Unidos, principal aliado militar y comercial del país, pero también buscar un “nuevo diálogo pragmático” con Corea del Norte, en contraste con la línea dura adoptada por su predecesor.
Su principal oponente, Kim Moon-soo, del conservador Partido del Poder Popular, aun no reconoció los resultados, aunque advirtió que la oposición “vigilará de cerca cualquier intento de concentración excesiva de poder”.
Por su parte, Lee Jun-seok, del nuevo Partido de Reforma, logró el 7.7% de los votos, consolidando su figura como una alternativa emergente en el tablero político surcoreano.
La comunidad internacional ha reaccionado con prudencia pero con esperanza. Washington felicitó a Lee y reafirmó su compromiso con la alianza estratégica entre ambos países, mientras organismos como Human Rights Watch celebraron la jornada como “una victoria de la democracia constitucional”.