Un nuevo ataque de los hutíes en el mar Rojo dejó un saldo de dos marineros heridos, dos desaparecidos y un buque escorado a la deriva, en su campaña sostenida de agresiones marítimas contra embarcaciones vinculadas a intereses occidentales e israelíes.
El ataque ocurrió frente a las costas de Yemen, a unas 50 millas náuticas del puerto de Hodeida, y tuvo como blanco al carguero Eternity C, operado por una empresa griega y con bandera de Liberia.
El barco transportaba una tripulación de 21 ciudadanos filipinos y un ruso, además de contar con guardias armados. Según fuentes marítimas citadas por Reuters, fue alcanzado por drones marinos y granadas propulsadas por cohetes lanzadas desde lanchas rápidas tripuladas, lo que provocó graves daños estructurales, inutilizó el puente de mando y dejó al navío incomunicado.
La tripulación recibió la orden de evacuar el barco, pero las lanchas salvavidas habían sido destruidas durante el ataque, lo que dificultó la operación. La nave quedó escorada y sin gobierno, mientras no había buques de guerra en la zona que pudieran ofrecer asistencia inmediata.
Hutíes hunden un carguero vinculado con Israel
Horas antes, los hutíes reivindicaron el ataque al buque “MV Magic Seas”, también de bandera liberiana y operado por una naviera griega. Según el portavoz militar Yahya Sarea, la operación fue una represalia por las “violaciones de la prohibición de entrar en los puertos de la Palestina ocupada”, en referencia a Israel.
“Las fuerzas hutíes seguirán atacando embarcaciones asociadas con intereses israelíes que naveguen por la región, en tanto continúa la guerra en la Franja de Gaza”, declaró Sarea.
En ese asalto, los hutíes desplegaron tres drones, cinco misiles —balísticos y de crucero—, dos embarcaciones no tripuladas y ocho lanchas rápidas tripuladas. La tripulación del Magic Seas logró abandonar el barco antes de que comenzara a hundirse, siendo rescatada más tarde por otro mercante y trasladada sana y salva a Yibuti.
Desde noviembre de 2024, el mar Rojo se ha convertido en un teatro de ataques sistemáticos liderados por los hutíes, quienes han empleado armamento sofisticado, como drones explosivos, misiles y lanchas rápidas, para hostigar a buques vinculados a Israel, Estados Unidos, Reino Unido y empresas griegas.
Según la Operación Aspides de la Unión Europea y el UKMTO, solo en los primeros meses de 2025 se han registrado más de 20 ataques armados en esta estratégica ruta marítima.
Como consecuencia de esta escalada, numerosas navieras han desviado sus rutas hacia el cabo de Buena Esperanza, lo que ha incrementado los costos logísticos y prolongado los trayectos de navegación.
Las autoridades internacionales estiman una caída del 40% en el tráfico por el canal de Suez, mientras crecen los riesgos para las tripulaciones, con reportes de heridos, evacuaciones de emergencia y desapariciones.
