Contexto general de la militarización en Catatumbo
El 28 de agosto de 2025, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció el despliegue de 25.000 soldados en la región del Catatumbo, una zona estratégica en la frontera con Venezuela. Esta medida se enmarca en una ofensiva conjunta para enfrentar a las organizaciones criminales y narcotraficantes que han generado violencia y desplazamiento en esta región del departamento de Norte de Santander.
Petro ordenó la distribución del ejército colombiano en esta área para «reducir al máximo las fuerzas de la mafia» y aseguró que esta acción solo tendrá éxito con el trabajo coordinado entre Colombia y Venezuela.

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Militarización colombiana: ¿Qué implica?
El despliegue de 25.000 soldados colombianos en Catatumbo representa un redoble significativo en la militarización de la zona, lo que apunta a incrementar la presencia estatal mediante operaciones militares, vigilancia y control territorial. Este aumento incluye el uso de blindados, artillería pesada, dron y sistemas acústicos, con la intención de desarticular las organizaciones criminales que controlan rutas de narcotráfico, minería ilegal, extorsión y secuestro. También se han presentado operaciones para rescatar civiles desplazados por los conflictos y la entrega de tierras a pobladores afectados, complementando el enfoque militar con algunas medidas sociales.
Esta militarización no solo tiene un componente de seguridad, sino también humanitario, ya que el área ha sufrido una crisis con desplazamiento masivo (más de 54.000 desplazados) y violencia prolongada. El gobierno busca estabilizar la región, recuperando la soberanía y normalizando la vida de las comunidades afectadas. Además, esta operación se ha relacionado con el arribo de buques de guerra de Estados Unidos en aguas cercanas, lo que añade un componente geopolítico al conflicto fronterizo.

Coordinación con Venezuela y la Operación Relámpago
Paralelamente, en territorio venezolano, el gobierno de revolucionario de Nicolás Maduro ha reforzado con 15.000 efectivos militares la frontera con Colombia en los estados de Zulia y Táchira, lo que ha sido llamada como la Zona de Paz Nº 1. Esta acción es parte de la denominada «Operación Relámpago del Catatumbo», un operativo que busca asegurar la paz y combatir a los grupos armados ilegales que operan en la frontera común. Maduro ha destacado que este despliegue militar es esencial para eliminar «bandas narcoterroristas» y preservar la soberanía territorial de Venezuela.
Este operativo venezolano está organizado bajo un concepto de «Zona de Paz» que busca la cooperación civil y militar para garantizar la estabilidad en la frontera, combatiendo el contrabando, el narcotráfico y otros delitos que afectan ambas naciones. Además, Maduro ha agradecido públicamente el incremento de tropas ordenado por Petro en el lado colombiano del Catatumbo, destacando que la vigilancia de esta tierra es una tarea conjunta que fortalece la seguridad regional.

Por qué la militarización va de la mano en ambos lados
La zona del Catatumbo es históricamente conflictiva y ha sido disputada por varios grupos armados, lo que ha generado un ambiente de violencia, inseguridad y crisis humanitaria. La militarización simultánea en ambos lados de la frontera responde a la necesidad de una acción coordinada para impedir que estos grupos se refugien o desplacen entre Colombia y Venezuela, dificultando su combate unilateral.
Petro indicó que «no es la tierra quien le gana a la mafia, es la coordinación entre los dos Estados», subrayando la importancia de la cooperación binacional para debilitar las economías ilegales que dominan la región. En este marco, la solicitud formal de Colombia para que Venezuela militarice su lado del Catatumbo es una muestra clara de ese propósito conjunto.
Además, esta coordinación se ve en contexto con las tensiones internacionales, principalmente con Estados Unidos, que ha desplegado buques de guerra en el Caribe cerca de estas aguas fronterizas presuntamente para «perseguir el narcotráfico». Lo que como se ha mencionado anteriormente añade un elemento geopolítico a la militarización, con ambos países buscando controlar y pacificar su frontera en medio de estas dinámicas.
La Operación Relámpago y la Zona de Paz Nº 1: medidas venezolanas
En Venezuela, la Operación Relámpago del Catatumbo se presentó como un esfuerzo integral para la seguridad y la paz en la frontera, que abarca las regiones de Táchira y Zulia. Esta operación está respaldada por el despliegue de 15.000 efectivos militares y civiles que implementan patrullajes, controles y acciones contra la violencia armada y el narcotráfico.
La activación de la Zona de Paz Nº 1 implica un esfuerzo especial para proteger esta área fronteriza con un esquema que integra a las fuerzas de seguridad junto con la población civil, buscando prevenir actos delictivos y garantizar el orden. Esta área es estratégica no solo por la seguridad, sino también por la importancia económica y social que representa para Venezuela, que busca pacificarla y asegurar la integridad territorial.

Retos y perspectivas
La militarización del Catatumbo y la coordinación binacional enfrenta varios desafíos. La profundidad del conflicto armado, la presencia de múltiples actores armados, la crisis humanitaria y las disputas geopolíticas complejizan la estabilización de la zona. A esto se suma la necesidad de que ambas naciones construyan confianza y mecanismos efectivos de colaboración multisectorial para abordar simultáneamente la seguridad y las causas estructurales del conflicto como la pobreza, el desplazamiento y la economía ilegal.
No obstante, la acción conjunta adoptada por Venezuela y Colombia representa un paso significativo hacia la pacificación del Catatumbo. La voluntad política expresada por ambos gobiernos podría traducirse en una reducción de la violencia, la mejora de las condiciones de vida para las comunidades, y la consolidación de una frontera más segura y estable.