«Aquí estamos hablando de tomar aquellas medidas que minimicen las consecuencias (de las sanciones) y que sirvan mejor a los intereses de nuestro país, en primer lugar, y de nuestras empresas», dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa telefónica diaria.
Al ser preguntado sobre medidas recíprocas contra EE. UU., Peskov afirmó que «no se puede descartar nada».
«Pero se hará lo que responda mejor a nuestros intereses», insistió.
En cuanto al debate del decimosexto paquete de sanciones europeas a Rusia que podría afectar a sus exportaciones de aluminio, el Kremlin advirtió de que esa medida amenaza con «desestabilizar» el mercado mundial.
«Vimos esa noticia. (…) El mercado en este segmento es bastante frágil y tales decisiones podrían conducir hipotéticamente a la desestabilización del mercado mundial», dijo Peskov.
Estados Unidos y Reino Unido anunciaron el pasado viernes sanciones adicionales contra el sector del petróleo y el gas licuado de Rusia, calificadas por altos funcionarios estadounidenses como las «más significativas» impuestas al sector energético ruso desde el inicio de la guerra en Ucrania.
El objetivo de estas medidas es cortar los ingresos que financian la «máquina de guerra del Kremlin» y podrían costar a la economía rusa miles de millones de dólares al mes.
En concreto, Estados Unidos, en coordinación con el Reino Unido, sancionó a dos de los mayores productores y exportadores de petróleo de Rusia: Gazprom Neft, la tercera mayor petrolera del país, y Surgutneftegaz, otra destacada compañía del sector energético.