Un total de 252 migrantes venezolanos cumplen 90 días secuestrados en El Salvador y frente al silencio de las autoridades salvadoreñas, un grupo de 30 familiares de los connacionales visitaron la Defensoría del Pueblo, en Caracas, Venezuela, para solicitar que este organismo interceda por los migrantes secuestrados.
«Aquí vinieron representantes de familiares de migrantes varios estados: Zulia, Aragua, Carabobo, Miranda, Nueva Esparta, Caracas (…) están sufriendo esa angustia de saber cómo está la salud de sus familiares y su condiciones en general», dijo a extranewsmundo el Defensor del Pueblo de Venezuela, Alfredo Ruiz, quien informó que se comunicará con la Procuradoría de Derechos Humanos de El Salvador para iniciar una gestión con las autoridades salvadoreñas.
Ruiz también se refirió al caso de Yoderlyn Acosta, una de las migrantes detenida en Estados Unidos donde ha sufrido cuatro parálisis corporales que le afectan gravemente su estado de salud, hasta el punto de trasladarse con ayuda de muletas.
Ruiz señaló que es «urgente que ella regrese con su familia» para recibir la atención médica adecuada y evitar que su salud continúe empeorando.
Por ello, informó que solicitará apoyo al Comité Internacional de la Cruz Roja para que Yoderlin regrese a Venezuela, cuyo estado de salud se deterioró drásticamente cuando fue recluida a un centro de detención de Texas. Haces meses entró caminando sin ningún problema de salud. Sin embargo, actualmente no tiene movilidad en una pierna y presenta parálisis facial parcial.

Testimonio de una las migrantes detenidas: «Le digo de corazón, que me ayuden»
Antes de ser detenida en Texas, Yoderlin fue deportada ilegalmente al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) de Salvador y devuelta a Estados Unidos, junto a otras siete mujeres venezolanas que ya fueron repatriadas por las autoridades venezolanas, una de ellas es Yorely Bernal, madre de Maikelys Espinoza.
El fin de semana pasado, Yoderlin solicitó ayuda urgente para regresar a Venezuela. «Le digo de corazón que me ayuden, esto haciendo este video para que me ayuden a salir de aquí», dijo entre sollozos.
La venezolana afirma que los medicamentos recetados, con dosis de hasta 800 miligramos, le han generado taquicardia y un deterioro acelerado de su salud.
A pesar de que un juez en EEUU aprobó su deportación a Venezuela hace dos semanas, las autoridades carcelarias no han ejecutado la orden ni han ofrecido explicaciones.
El caso de Acosta Peña refleja la política migratoria de la administración Trump, centrada en la criminalización y detención prolongada de migrantes sin el cumplimiento del debido proceso.