La primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persaud Bissessar, anunció la restauración del trato gasífero Dragón con Venezuela, luego de una reunión con el Secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio.
“El secretario reconoció la importancia de la seguridad energética para la prosperidad económica y la estabilidad regional de Trinidad y Tobago. Destacó el apoyo de Estados Unidos a la propuesta del Gobierno sobre el gas Dragón” anunció la oficina del Secretario de Estado.
El yacimiento Dragón, ubicado en la costa norte de la República Bolivariana, posee una reserva de 4,2 billones de pies cúbicos (tcf) de gas natural. Mediante este proyecto, se planteaba canalizar gas venezolano hacia Trinidad y Tobago para su proceso y exportación como gas natural licuado. Este acuerdo garantizaba estabilidad económica a Trinidad y Tobago, luego de que sus reservas nacionales se agotaran.
Por su interés económico, Trinidad y Tobago negoció en 2023 un permiso para operar con Venezuela, lo que sorteó las sanciones impuestas a la compañía nacional venezolana encargada del rubor, Petróleos de Venezuela S.A., PDVSA. Es importante explicar que este acuerdo se logró bajo la administración estadounidense demócrata de Joe Biden y bajo el liderazgo del partido Movimiento Nacional del Pueblo.
No obstante, en abril de este año, luego de un cambio en ambas administraciones, Donald Trump decidió revocar este permiso. La actual mandataria trinitobaguense, Kamla Persad Bissessar, optó por desechar cualquier negociación sobre el trato gasífero, insinuando que buscarían ese recurso en otro proveedor regional, es decir, Guyana.
“Cualquier gasoducto de Guyana, Guyana o Surinam que llegue a Trinidad y Tobago tiene que pasar por aguas de Venezuela. Esa es el área de Trinidad y Tobago cualquier gas de Guyana o Surinam a Trinidad y Tobago tiene que pasar a través de las aguas territoriales de Venezuela, por lo que Venezuela sigue siendo parte en la ecuación después de todo” advirtió el ex primer ministro de Trinidad y Tobago y anterior ministro de energía, Stuart Young, ante la los argumentos de la actual mandataria sobre la cancelación del trato.

El campo gasífero Dragón se ubica en la frontera marítima entre Venezuela y Trinidad y Tobago, por lo que su cercanía a aguas trinitobaguenses lo hace más viable en términos de logística e infraestructura. Según lo establece el proyecto, su terminación y primera producción de gas está programada para 2027.
No sin Venezuela
Desde su toma de posesión, la primera ministra Kamla Persad Bissessar, ha roto la tradicional neutralidad de Trinidad y Tobago en conflictos regionales y se ha plegado abiertamente a Estados Unidos, en contra de Venezuela.
En junio, acusó a Venezuela de tramar una invasión y anunció que usaría fuerza letal contra embarcaciones pequeñas provenientes de la República Bolivariana, luego de que el ministro del interior, justicia y paz Diosdado Cabello, reportara la detención de un nacional trinitobaguense luego de la desarticulación de una banda criminal en suelo venezolano.
A esta primera hostilidad, le sigue su ofrecimiento a Estados Unidos de su territorio nacional como base militar en caso de una supuesta invasión a Venezuela y su apoyo abierto a los ataques con misiles contra naves de menor calado que supuestamente provenían de Venezuela con cargamentos de drogas.
En este giro en las relaciones con Venezuela, subyace un interés económico. Tanto Guyana como Trinidad y Tobago intentan aislar a la República Bolivariana, actor fundamental en el sector energético regional, con más de 300 billones de barriles en su reserva petrolera y cerca de 200 billones de pies cúbicos de gas natural. Al intentar anularla políticamente, ambas naciones buscan posicionarse como plazas energéticas regionales.
Por otra parte, el reclamo histórico e irrevocable de Venezuela sobre la Guayana Esequiba, región en disputa con Guyana, es un elemento importante en el juego geopolítico de ambas naciones y Estados Unidos. La región bajo disputa alberga una reserva de 11.7 billones de barriles de crudo que Guyana expolia en complicidad con el gigante petrolero estadounidense ExxonMobil. Por su parte, Trinidad y Tobago planeaba procesar el gas natural de la misma reserva en el Stabroek, por lo que a ambas naciones les conviene el aislamiento político de la República Bolivariana y aliarse con Estados Unidos.
Por esta razón, tanto Trinidad y Tobago como Guyana han escalado provocaciones y hostilidades contra Venezuela, así como dan su aprobación al despliegue militar naval de Estados Unidos en aguas inmediatas a Venezuela con fines intimidatorios, bajo la excusa de combatir el narcotráfico.
Un logro ¿De quién?
Luego del anuncio, el ministro de energía de Trinidad y Tobago, Roodal Moonilal, afirmó que era un gran día para Trinidad y Tobago y señaló que le pertenecía a la primera ministra “el logro más significativo al obtener el apoyo del Gobierno de los Estados Unidos a nuestra propuesta renovada para resucitar el proyecto Dragon”.
Moonilal afirmó además que el proyecto murió a manos del ex primer ministro y ministro de Energía, Stuart Young, el ex primer ministro, Dr. Keith Rowley, y la líder de la oposición, Pennelople Beckles.
“En solo cuatro meses, la primera ministra ha realizado una contribución profunda y muy notable a nuestra recuperación económica” dijo.
Este hecho que el partido gobernante plantea como un triunfo político propio, es en realidad una respuesta a la realidad de la caída económica de Trinidad y Tobago, así como el detrimento de su sector más fuerte: el energético.
La firma de análisis financiero S&P Morgan, reubicó el prospecto económico de Trinidad y Tobago de estable a negativo este mes, dadas las políticas de su primera ministra Kamla Persad Bissessar.
“La economía de Trinidad y Tobago depende en gran medida del petróleo, el gas y los productos petroquímicos. Los proyectos del año pasado que habrían permitido a Trinidad y Tobago acceder a las reservas de gas venezolanas han sido cancelados”, reza el reporte.
Este cambio en la política energética y el regreso a los diálogos sobre Venezuela no son políticamente motivados, sino que reafirman su papel como actor energético fundamental en la región.