El Jefe de Estado Mayor del ejército estadounidense, general Dan Caine, completó una visita a la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad Bissessar.
Según un post en Facebook de la Embajada de Estados Unidos en Trinidad y Tobago, Caine y Persad Bissessar se reunieron en el Centro Diplomático de Puerto España, un espacio de alto nivel adjunto a la residencia del primer Ministro.
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En su reunión, debatieron “sobre los desafíos que afectan a la región del Caribe, incluidos los efectos desestabilizadores de los narcóticos, las armas y el tráfico de personas, y las actividades de la organización criminal transnacional. La Primera Ministra hizo hincapié en que la estrecha cooperación entre los Estados Unidos y Trinidad y Tobago contribuía directamente a salvaguardar la seguridad regional.”
Estos son los mismos argumentos que ha usado Estados Unidos para la militarización del Caribe, acusando a Venezuela de tráfico de drogas. Desde mediados de agosto, el ejército norteño mantiene desplegado en aguas inmediatas a Venezuela al Grupo Anfibio Listo, al que se unió en octubre el Grupo de Tarea Conjunta del Comando Sur y en noviembre el Grupo de Asalto Gerald Ford.
Por demás, bajo este mismo pretexto, ha conducido más de 20 ataques contra pequeñas embarcaciones en el Caribe, dejando más de 80 asesinados.
Trinidad y Tobago junto a Estados Unidos, lejos del Caribe
“El general Caine expresó su reconocimiento por el liderazgo y la asociación continuos de Trinidad y Tobago en la promoción de objetivos mutuos y reafirmó que los Estados Unidos siguen comprometidos a trabajar estrechamente con Trinidad y Tobago para abordar las amenazas compartidas y profundizar la colaboración en todo el Caribe” reza el post.
Persad Bissessar, desde su toma de posesión, ha asumido una postura hostil contra Venezuela, con un discurso incriminatorio tanto contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro Moros como la diáspora venezolana en su territorio.
Trinidad y Tobago actúa como puente y plataforma de operaciones para los Estados Unidos en su estrategia de presión contra Venezuela. La administración de la Primera Ministra Kamla Persad-Bissessar ha respaldado explícitamente este despliegue, así como las incursiones arbitrarias contra embarcaciones menores.
Este alineamiento se hizo evidente en septiembre, cuando la mandataria, durante su intervención en las Naciones Unidas, manifestó el agradecimiento de su nación por la presencia militar estadounidense en el Caribe. En dicha ocasión, afirmó que la declaración de Zona de Paz firmada en La Habana en 2014 por los miembros de la CELAC carece de valor, a pesar de haber sido una de las signatarias originales del documento durante su primer mandato.
La colaboración se materializó en octubre con la estadía de cuatro días del destructor USS Gravely en aguas de Puerto España, un movimiento que el gobierno venezolano denunció como la articulación de un «falso positivo».
La escalada continuó en noviembre: entre los días 16 y 21, las Fuerzas Armadas de Trinidad y Tobago llevaron a cabo ejercicios conjuntos con la 22 Unidad Expedicionaria de Marines de los Estados Unidos. Coincidiendo con estas maniobras, el Grupo de Ataque del portaaviones Gerald Ford ingresó al Caribe y la Fuerza Aérea estadounidense realizó sobrevuelos sobre siete naciones de la región, incluyendo el espacio aéreo de Venezuela.
Caine en Trinidad y Tobago ¿Por qué?
El general Caine es un especialista en operaciones aéreas, precisamente el tipo de maniobras que tanto el Comando Sur como el Ejército estadounidense han anunciado como parte de una nueva fase escalada contra Venezuela. Este cambio de estrategia se produjo después de que el presidente de Estados Unidos declarara que el narcotráfico ya no utiliza principalmente las rutas marítimas.
La trayectoria de Caine respalda esta especialización: con una carrera centrada en la aviación, acumula para 2025 más de 2.800 horas de vuelo como piloto de F-16 y ha participado en dos misiones de combate en Irak. Su experiencia en el mando y la planificación de operaciones ofensivas se consolidó entre 2016 y 2018 como Comandante General Adjunto del Mando Conjunto de Operaciones Especiales, cargo que luego ocupó (2018-2019) en el grupo de trabajo de la Operación «Inherent Resolve» contra el Estado Islámico en Medio Oriente.
