La justicia de Estados Unidos ordenó el cierre del centro de detención de inmigrantes conocido como “Alligator Alcatraz”, instalado por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) en la Reserva Nacional Big Cypress, Florida.
La jueza federal Kathleen Williams determinó que la instalación debe ser desmantelada en un plazo de 60 días por los graves daños ambientales causados en los Everglades y la violación de derechos territoriales de la tribu Miccosukee, que junto a organizaciones ambientalistas había demandado su clausura.
“Alligator Alcatraz”: Un revés para la política migratoria de Trump
La orden judicial prohíbe además el ingreso de nuevos detenidos al complejo, bloquea cualquier expansión y exige el retiro de cercas, iluminación, sistemas de drenaje y desechos tóxicos. También restituye el acceso de la tribu Miccosukee a los terrenos ancestrales afectados.
El fallo supone un golpe directo a las políticas migratorias impulsadas por Donald Trump en su segundo mandato, que han intensificado la persecución y criminalización de migrantes a través de deportaciones y centros improvisados como este.
“Alligator Alcatraz”, inaugurado el 3 de julio, fue presentado como un triunfo por el gobernador Ron DeSantis, quien destinó miles de policías estatales a funciones federales de detención para reforzar la estrategia de Trump.
Desde su anuncio, el centro había generado un amplio rechazo de defensores de derechos humanos, comunidades indígenas y ambientalistas, que denunciaron tanto la militarización del territorio como la paradoja de convertir un área protegida en símbolo del endurecimiento migratorio.