En un giro inesperado dentro de la cúpula militar estadounidense, el Almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur (SOUTHCOM), anunció que se retirará a finales del año tras menos de un año en el cargo, en medio de crecientes fricciones con el Departamento de Defensa y el aumento de operaciones militares en la región del Caribe.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, comunicó la decisión a través de redes sociales, sin exponer públicamente las razones del movimiento, pero agradeciendo los más de 37 años de servicio del almirante.
En su mensaje, Hegseth destacó que Holsey “exhibió los más altos estándares de liderazgo naval” y “una dedicación inquebrantable a la misión, al personal y a la nación”.
Por su parte, Holsey —a través de una publicación del comando del Comando Sur en X— informó que su retiro será efectivo el 12 de diciembre, y expresó su confianza en las fuerzas bajo su mando:
“Me siento confiado de que ustedes forjarán adelante, enfocados en su misión que fortalece nuestra nación y asegura su longevidad como faro de libertad alrededor del mundo.” Precisó
“¡Keep charging!!” añadió como despedida motivacional.
Motivos para dejar tan abruptamente el Comando Sur

La salida anticipada de Holsey, más de dos años antes de lo esperado para un comandante de un mando regional, despertó especulaciones y preocupaciones en el ámbito político y de seguridad.
Fuentes citadas por Reuters y The New York Times sugieren que el almirante habría tenido discrepancias con Hegseth en torno a las operaciones recientes en el Caribe y cuestionamientos sobre la legalidad o la estrategia de ataques letales contra embarcaciones sospechosas de narcotráfico frente a la costa de Venezuela.
Un funcionario anónimo indicó que Holsey “había planteado preocupaciones sobre la misión del Comando sur y los ataques a los supuestos barcos de drogas”.
El anuncio se produce en medio de una escalada militar estadounidense en la región: desde septiembre, EE. UU. ha llevado a cabo al menos cinco ataques letales contra embarcaciones sospechosas de traficar drogas en el Caribe, lo que ha provocado más de dos decenas de muertes y generado polémica sobre el marco legal de esas acciones.
El senador demócrata Jack Reed, miembro principal del Comité de Servicios Armados del Senado, expresó alarma por la salida inesperada de Holsey y denunció la posible omisión de experiencias de mandos veteranos ante decisiones militares arriesgadas.

“La renuncia del almirante Holsey solo profundiza mi preocupación de que esta administración está ignorando las lecciones ganadas con esfuerzo de campañas militares anteriores y el consejo de nuestros más experimentados combatientes”.
Además advirtió: “Cualquier operación para intervenir militarmente en Venezuela —especialmente sin autorización del Congreso— sería imprudente y peligrosa”.
El cambio de mando no es un caso aislado: en la administración actual ya se han producido despidos o retiros prematuros de varios oficiales de alto rango, lo que algunos analistas interpretan como parte de una reconfiguración estratégica del liderazgo militar bajo el ala de Hegseth.