El té verde se valora en la actualidad como un aliado natural, sobre todo en un contexto donde la resistencia a la insulina afecta a entre el 15,5% y el 46,5% de la población adulta mundial, según datos de la Asociación Mexicana de Medicina de la Reproducción.
Frente a esta crisis metabólica global, el té verde emerge como una herramienta poderosa para mejorar el control glucémico y apoyar la salud metabólica.
La resistencia a la insulina, que dificulta que las células respondan adecuadamente a esta hormona esencial para el metabolismo de la glucosa, incrementa el riesgo de desarrollar prediabetes y diabetes tipo 2, enfermedades que afectan desproporcionadamente a comunidades vulnerables y acentúan las desigualdades en salud.

Té verde: alta concentración de polifenoles
Diversos estudios científicos y expertos en nutrición, como la dietista Alyssa Pacheco, destacan al té verde por su alta concentración de polifenoles, especialmente la epigalocatequina galato (EGCG).
Este compuesto posee potentes propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que combaten la inflamación y el estrés oxidativo, dos factores clave en la resistencia a la insulina.
Además, el EGCG contribuye a mejorar la salud del microbioma intestinal, otro elemento fundamental para el equilibrio metabólico, señalo Venevisión.
Té verde ayuda a disminuir los niveles de azúcar
El consumo regular de té verde ha demostrado ayudar a disminuir los niveles de azúcar en ayunas, un marcador crucial para el diagnóstico y manejo de la resistencia a la insulina.
Preparado correctamente con agua caliente entre 170 y 185°F y un tiempo de infusión de aproximadamente tres minutos, el té verde conserva su sabor suave y sus beneficios intactos.
Para quienes buscan variedad, puede combinarse con ingredientes naturales como menta, jengibre o cítricos, o incorporarse en recetas como licuados de frutas, facilitando su inclusión diaria en la dieta.